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Uno de los lugares más característicos de la laguna veneciana es la isla de Giudecca. Los venecianos la llaman Zudeca y originalmente se llamaba Spinalunga, ya que es la isla más larga de la laguna. La isla está bien comunicada pero es muy tranquila y pertenece al sestiere de Dorsoduro. La Giudecca está separada de Venecia por el canal del mismo nombre, el Canal de la Giudecca.  Esta tranquilidad ha permitido el florecimiento de iglesias de clausura, monasterios y también casas de venecianos ricos y nobles. 

La Giudecca no es sólo un lugar de gran serenidad, sino también de cultura y arte. Probablemente la Basílica del Redentore sea el corazón religioso y cultural de la isla. La Basílica del Redentore es obra de Andrea Palladio, un triunfo del arte clásico renacentista. El exterior de mármol blanco le impresionará por su geometría y rigor. El interior le cautivará con sus luces y obras de arte, como las de Tintoretto y Veronese. En julio se celebra aquí el Festival Redentore, un acontecimiento que conmemora el final de la terrible peste de finales del siglo XVI.  

Otra parada importante es la Chiesa delle Zitelle, una iglesia de estilo renacentista que en su día fue un convento para niñas huérfanas. De ahí el nombre de Chiesa delle Zitelle. El nombre original era Iglesia de Santa Maria della Presentazione. En el interior te llamará la atención la cúpula abovedada y el retablo titulado "Presentación de la Virgen en el Templo", de Francesco Bassano. En su interior encontrará otras obras como las de Palma il Giovane y Antonio Vassilacchi.

Otra maravilla es la Iglesia de Santa Eufemia, con sus techos pintados al fresco que representan la vida de Santa Eufemia. La escultura "La Virgen con Cristo de rodillas" del veneciano Gianmaria Morlaiter es otro motivo para visitar la iglesia. 

La isla de Giudecca alberga conocidos talleres de artesanos y artistas venecianos. Es agradable pasear por las calles de Giudecca en busca de alguna artesanía para apoyar la economía local. La isla también ha sido cuna de artistas famosos. Uno de ellos fue el pintor y arquitecto Mario de Maria, que vivió en la Casa dei Tre Oci, diseñada por él mismo.  La magnífica Casa dei Tre Oci toma su nombre de la forma de sus ventanas, en forma de tres ojos.  Este increíble edificio con vistas al canal de la Giudecca es uno de los lugares más fotografiados de la laguna. Se trata de un edificio neogótico de temática veneciana que solía acoger a artistas de todo el mundo de paso por Venecia. 

La Giudecca es una hermosa lengua de tierra repleta de arte e historia que hará que su experiencia sea aún más única.