El Bucintoro es quizás la embarcación ceremonial más magnífica y famosa de la historia de la navegación veneciana. Su resplandeciente brillo dorado, su extravagancia barroca y su inmenso tamaño convirtieron al Bucintoro en la encarnación del poderío marítimo veneciano, su dominio político y el favor de Dios. 

Al ser la barcaza oficial del dux, el soberano de Venecia, el Bucintoro era el centro de la Festa della Sensa, fiesta religiosa y cívica que se celebraba cada año como la boda de Venecia con el mar. 

La ceremonia formal conmemoraba el dominio de Venecia sobre la laguna veneciana y su condición de república marítima.

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Orígenes históricos del Bucintoro

La primera mención del Bucintoro se remonta al siglo XII, época dorada del imperio marítimo veneciano. 

En un principio era una simple barcaza, pero con el paso de los siglos se convirtió en un opulento palacio flotante, emblema de la creciente prosperidad e influencia de la ciudad-estado.

La Festa della Sensa, el día de la Ascensión, fue el motivo principal por el que se construyó el Bucintoro. En esta ceremonia anual, el dux viajaba en el Bucintoro hasta el mar Adriático y arrojaba un anillo de oro al mar, diciendo: «Nos casamos contigo, oh mar, en señal de nuestro dominio verdadero y perpetuo». Esta ceremonia simbolizaba el poder marítimo de Venecia y su conexión divina.

Diseño y construcción

El Bucintoro definitivo y más famoso fue construido en 1729 por el dux Alvise Mocenigo IV. Era una impresionante obra de construcción naval barroca, de aproximadamente 35 metros de eslora, y necesitaba más de 160 remeros para propulsarse. 

Tenía dos cubiertas: una inferior para los marineros y otra superior para el dux, los aristócratas y los invitados oficiales.

Tallas ornamentadas adornaban todo el barco, desde estatuas de ángeles hasta personajes alegóricos e imágenes del león de San Marcos, símbolo de la República de Venecia.

Las popas gemelas y las decoraciones doradas eran clichés visuales de piedad y poder. Todo el barco fue construido por maestros artesanos del Arsenale veneciano utilizando materiales como caoba, pan de oro y telas de colores vivos.

Papel en la vida ceremonial veneciana

El Bucintoro no era solo un barco, sino también un trono móvil. Era un vehículo pomposo que transportaba al dux a los asuntos de estado, las fiestas religiosas y las recepciones diplomáticas. Pero su función principal y más ritual era la Festa della Sensa.

En este día, la barcaza salía del Bacino di San Marco hacia la Doge arrojaba un anillo oficial al agua, un ritual que unía para siempre la ciudad y el mar.

Destrucción y pérdida

La derrota de la República de Venecia en 1797 puso fin a los majestuosos viajes del Bucintoro. La victoria de Napoleón Bonaparte sobre Venecia tuvo como consecuencia que ordenara destruir el Bucintoro en 1798, ya que consideraba que representaba a la aristocracia. 

El pan de oro y la decoración fueron arrancados y utilizados con fines militares, y el barco de madera fue desmontado.

Esta pérdida superó la de una embarcación ritual; fue un duro golpe para la cultura. Supuso la desaparición de una tradición milenaria y el silencio de uno de los mayores símbolos de la identidad veneciana.

Reconstrucciones modernas y legado

Incluso destruido, el legado del Bucintoro sigue resonando en los canales de Venecia. Las reconstrucciones de piezas y maquetas se conservan en museos como el Museo Storico Navale, transportando a sus visitantes a la época en que estaba en su apogeo. 

Las piezas expuestas en el museo, por inmóviles que sean, encierran en su interior el arte y la esencia histórica del barco.

En los últimos años, las propuestas para construir una réplica a escala del Bucintoro han despertado el interés del público. Gremios de artesanos, historiadores y activistas culturales consideran que reconstruir la barcaza representaría la historia y la resistencia de Venecia. La controversia continúa, con expertos que cuestionan si la iniciativa es viable y si merece la pena llevarla a cabo desde el punto de vista cultural.

Preservar el Bucintoro en la memoria también es de importancia general para el patrimonio cultural en el contexto del turismo de masas. Es más que un objeto, ya que representa la pasión de Venecia por su patrimonio.

Conexión con la Venecia actual

La importancia del Bucintoro se aprecia hoy en día en términos que van mucho más allá de los museos y el mundo académico. Hoteles como el Hotel Bucintorno rinden homenaje a la embarcación con su elegancia marítima. 

Situado cerca del Arsenale donde se construyó la barcaza original, el hotel transporta a sus visitantes a la historia marítima veneciana. Su interior, su ubicación y su nombre recuerdan la grandeza del Bucintoro en cada rincón.

Los venecianos siguen celebrando la Festa della Sensa, pero ya no en el Bucintoro original. Los desfiles acuáticos y las reproducciones reflejan la fuerza del ritual y la memoria colectiva. Las celebraciones ofrecen a ciudadanos y turistas una conexión viva con la historia de la ciudad.

Ante la posible erosión de la tradición auténtica por el turismo internacional, el Bucintoro es un símbolo de resistencia, un arte narrativo que mantiene el valor de Venecia a lo largo de los años.

Dónde ver restos o homenajes

Aunque el Bucintoro original ya no existe, varios homenajes conservan su gloria. El Museo Storico Navale contiene elaboradas maquetas y objetos históricos relacionados con la barcaza.

Cada año, junto con la Festa della Sensa, barcos contemporáneos recrean aspectos del ritual marítimo del dux. Actores disfrazados, gestos simbólicos y la participación ciudadana definen estas procesiones, garantizando la continuidad del rito.

Además, destinos como el Hotel Bucintoro ofrecen una experiencia que integra la hospitalidad y el patrimonio. Su propio nombre perpetúa la importancia cultural del Bucintoro en una ciudad cada vez más definida por la comodidad y la modernidad.

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Información para visitantes

Horario: No se conserva ningún Bucintoro original, pero algunos sitios y actividades relacionados permiten a los visitantes participar de su tradición:

El Museo Storico Navale, que contiene la maqueta y los objetos más detallados que se conocen, suele abrir de martes a domingo, de 10:00 a 17:00, con variaciones según la temporada.

Lo mejor es visitarlo durante la Festa della Sensa (normalmente a mediados de mayo o junio), teniendo en cuenta el calendario de regatas, ya que los horarios exactos varían y la ciudad los publica cada año.

La mejor época para visitarlo: La Festa della Sensa ofrece la experiencia más auténtica de la cultura ceremonial del Bucintoro, aunque ahora se incluyen flotillas y barcos de procesión modernos en lugar de las barcazas originales.

Para excursiones más tranquilas a los museos marítimos, el domingo a última hora de la mañana o a primera hora de la tarde es ideal para grupos pequeños y para acceder mejor a las exposiciones.

Para visitar edificios históricos y disfrutar de las vistas de los hoteles, la temporada baja, de abril a principios de junio y de septiembre a octubre, es la mejor para disfrutar de un clima agradable y de menos visitantes.

Código de vestimenta y normas de entrada: No hay un código de vestimenta especial para las visitas guiadas a los museos o los miradores con vistas al puerto. Se recomienda llevar ropa informal y calzado cómodo para caminar.

Dedicado a la historia del barco, en el Hotel Bucintoro se ruega a los visitantes que respeten las normas de etiqueta habituales en un hotel, especialmente en el restaurante y el salón, donde se considera respetuoso vestir de manera elegante e informal. 

Visitantes: Las fiestas públicas, como la regata Sensa, pueden restringir la seguridad en los puertos ceremoniales, por lo que se recomienda planificar con antelación y llegar temprano para pasar los controles de seguridad y la inspección de bolsos.

Información sobre entradas La entrada al Museo Storico Navale cuesta entre 4 y 6 € para adultos, con descuentos para estudiantes, personas mayores y grupos. La entrada suele incluir la visita a maquetas de barcos y exposiciones históricas.

La Festa della Sensa en los muelles públicos es gratuita; las gradas con entrada a lo largo de los canales cuestan entre 10 y 20 €, dependiendo de su ubicación y equipamiento.

El Hotel Bucintoro no cobra nada por visitar sus espacios públicos y comedores, pero las noches temáticas o las cenas especiales pueden tener un coste adicional.

Reservas online

Las entradas para el Museo Storico Navale (https://en.wikipedia.org/wiki/Museo_Storico_Navale) se pueden reservar online a través de la página web oficial de los museos municipales de Venecia.

Los fines de semana y los días festivos deben reservarse con antelación. Las entradas para la tribuna de la Festa della Sensa pueden reservarse a través de los socios oficiales del evento y los canales de la ciudad, que suelen ponerse a la venta con varias semanas de antelación.

Las reservas para el Hotel Bucintorno pueden hacerse directamente en su página web o a través de sitios web de hoteles como Booking.com y Tripadvisor, que ocasionalmente ofrecen paquetes especiales relacionados con el patrimonio.

Visitas guiadas

Algunos operadores turísticos locales ofrecen paquetes que incluyen visitas al Arsenal de Venecia, a museos marítimos y paseos por las orillas de los canales con narraciones sobre la historia del Bucintoro.

Guías culturales independientes también organizan visitas especiales que incluyen el mobiliario náutico del Hotel Bucintoro y las exposiciones navales del Museo Storico Navale.

Algunos paseos en barco especiales durante la regata de la Sensa siguen todo el recorrido del desfile festivo, recorriendo los antecedentes históricos y el significado simbólico.

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Simbolismo cultural y político

El Bucintoro era más que un barco: era la encarnación itinerante de la filosofía política y la visión espiritual de Venecia. Su forma y función eran un eco de la unión complementaria entre la Iglesia y el Estado, el dualismo que caracterizaba a la República de Venecia.

La refinada iconografía del barco, con representaciones alegóricas de la fuerza en el mar, la fe y la justicia, reflejaba la concepción que la República tenía de sí misma como protectora y soberana. El Bucintoro fue alabado en versos y lienzos por poetas y pintores como símbolo de la edad de oro de Venecia.

Esta riqueza simbólica garantizó la supervivencia del Bucintoro. Aunque haya perdido su forma, sigue siendo un símbolo de unidad, dignidad y grandeza que la Venecia moderna intenta mantener.

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Conclusión

El Bucintoro es una de las páginas más brillantes de la historia de la navegación y el mar en Venecia. Aunque ha perdido su forma, su espíritu sigue vivo en los museos, los rituales y la mitología popular veneciana.

El resurgimiento del interés por el Bucintoro no es tanto un acto de piedad histórica como un ejercicio de supervivencia cultural. Cuando Venecia se ve asaltada por los fantasmas gemelos del calentamiento global y la sobresaturación turística, proteger el pasado de la ciudad es un acto de resistencia. 

Compartir información sobre el Bucintoro y contribuir a proyectos de patrimonio inspira a otros a unirse a la riqueza de Venecia. Ofrece al mundo una visión de una Venecia que existe más allá de las postales y las góndolas, una Venecia donde cada onda en la laguna presagia gloria y patrimonio.












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